domingo, 14 de abril de 2024

¿Por qué nos da sueño después de comer?


¿Por qué nos da sueño después de comer?


A todos nos ha pasado que después de comer nos comienza a dar sueño y lo que queremos hacer es tomar una siesta vespertina, algunos le llaman somnolencia postprandial y otros “mal del puerco”. Pero, ¿a qué se debe esta súbita somnolencia justo después de ingerir alimentos?

Muchos creían , y creen, que se debe a que la sangre abandona el cerebro para ir al estómago y facilitar la absorción de nutrientes, lo que ocasionaba la somnolencia. Sin embargo, se ha visto que incluso en condiciones de anoxia (falta o disminución del oxígeno) , el cerebro es el último sitio donde se reduce el flujo de sangre. Es por eso que se ha desechado esta explicación.

Gracias a distintas investigación, se ha visto que la razón es la inhibición de las orexinas, neuropéptidos encargados de mantener la vigilia, por el aumento de la glucemia (niveles de glucosa en sangre) proveniente de los alimentos digeridos.

Las orexinas, o hipocretinas, son neuropéptidos secretados por neuronas localizadas en el hipotálamo, sobretodo  en las áreas lateral, dorsomedial y perifornical. Se conocen dos tipos de orexinas: orexina-A y orexina- B (o hipocretina -1 y -2), las cuales son críticas para la respuesta al estado continuo de cambio energético que regula los cambios en la vigilia, el apetito, la liberación hormonal, la tasa metabólica,etc.. Se cree que la orexina-A es la que tiene un papel biológico más importante. Estos péptidos activan las neuronas monoaminérgicas y colinérgicas en el hipotálamo y el tronco encefálico para mantener un período de vigilia largo y consolidado.

Así pues, se ha demostrado que los niveles de glucosa afectan este sistema de orexinas, niveles bajos de glucosa estimulan a las neuronas secretoras de orexinas, y niveles altos de glucosa las inhiben. La leptina y la ghrelina también tienen influencia sobre dichas neuronas, inhibiendo y estimulando, respectivamente.
El incremento de la glucosa, según estudios elecrofisiológicos, induce hiperpolarización de las neuronas orexina (inhibiéndoles y provocando la somnolencia), mientras que una disminución de la misma induce despolarización de las neuronas incrementando los potenciales de acción y , por ende, la secreción de orexinas (manteniendo la vigilia). Es importante conocer que este mecanismo es lo suficientemente sensible para responder a las fluctuaciones fisiológicas de la concentración de glucosa inducidas por una comida normal. Por ende, al ingerir alimentos estos se van a convertir en glucosa, incrementando la glucemia y ocasionando todo lo anteriormente comentado.
Por eso, si quiere seguir despierto deberá evitar las comidas ricas en carbohidratos o grasa; en cambio, mantendrá los ojos bien abiertos tras un banquete de proteínas.
Así pues, esta interacción entre la glucosa y la orexina explica, además del hecho de tener sueño después de una comida, el insomnio cuando se tiene hambre, ya que la actividad de las neuronas es mayor debido a la falta de glucosa en sangre.

Por último, este hecho también presente en animales, tiene perfecto sentido evolutivo, ya que permite optimizar la energía para buscar comida, haciendo a los organismos descansar después de haber conseguido la comida necesaria para sobrevivir.






lunes, 8 de abril de 2024

¿Enchilado? no tomes agua, toma leche



¿Enchilado? no tomes agua, toma leche


Todos hemos estado muy enchilados alguna vez en nuestra vida y no es muy agradable, por lo que buscamos eliminar esa sensación de nosotros, ¿cómo lo hacemos? pretendemos que tomando agua, poniendo sal en nuestra lengua, entre otras “soluciones” harán que podamos sentir la satisfacción de no estar enchilados, pero grave error pues no se va dicha sensación.


Antes de saber cómo quitarnos lo enchilados, hay que saber qué es lo que provoca esta sensación en nuestra boca. Los culpables del “picor” de los chiles son unos compuestos llamados capsaicinoides , entre los que destaca la capsaicina (presente en los aceites de las semillas y “costillas” o “venas” de los pimientos, chiles, ajíes, guindillas o picantes, o como quiera llamarles.) una sustancia incolora, inodora e insípida, y cuya única contribución a la causa organoléptica es su capacidad para encender los receptores nerviosos de nuestra lengua y boca que responden a la temperatura y despiertan el dolor, para advertirnos de las temperaturas altas (en dosis pequeñas produce una sensación de calor en la boca y, a medida que se aumenta la dosis, produce una sensación dolorosa por estimulación de las neuronas sensitivas de la boca o de la piel). Algo importante es que esta sustancia no es soluble al agua, por lo que este líquido no será capaz de aliviar la sensación que produce. Al contrario, sólo contribuirá a extender el químico por tu lengua

Entonces, ¿cómo podemos quitarnos lo enchilados?
 Por lo ya comentado, es claro que el agua no nos ayudará en nuestra misión de eliminar el picor ocasionado por los chiles. En cambio, la leche es la opción idónea para salvarnos (así como el yogurth y los productos que la contienen) , esto porque algunas de sus proteínas, específicamente la caseína (que comprende en definitiva la mayoría de las proteínas de la leche, al constituir aproximadamente un 80%, mientras que el 20% restante es suero) rodea a la molécula de capsaicina, la neutraliza y la vuelve ineficaz, por lo cual desaparece esa sensación de picor o de  enchilado.

Por lo tanto, la siguiente vez que se enchilen no lo duden y beban leche o yogurth.



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