miércoles, 19 de junio de 2024

El Cerebro de un Zombie y cómo librarte de uno de ellos

       Un tópico que ha llamado la atención y el interés de los jóvenes es esa “especie de personas”  a las cuales se les refiere como “zombies” o “muertos vivientes”; con la aparición de series  de televisión donde se presentan los mismos, como “The Walking Dead”, y  de infinidad de películas que de igual manera abordan el tema de los zombies, se ha acrecentado el gusto de los jóvenes para con estos “muertos vivientes”.
            Todos hemos visto alguna vez a un zombi en acción, vemos esas cualidades características que los distingues de los humanos “normales”. Sin duda más de uno nos hemos preguntado: ¿cómo es el cerebro de un zombi? O bien ¿qué hacer en caso de toparnos con un zombi?
            Una de las personas que se preguntó esto, decidió contestarse dichas preguntas. Empezó como una broma y finalizó dando lugar a varios artículos, entrevistas, infografía e incluso investigaciones. En colaboración con la "Zombie Research Society" (Sociedad para la Investigación de los Zombis), el neurocientífico Bradley Voytek y su colega Timothy Verstynen han analizado el comportamiento de los zombis que aparecen en cómics, series de televisión y películas desde un punto de vista neurológico, y el resultado es entender sus desórdenes y así evitar un hipotético ataque.

            "Este trastorno, al que hemos bautizado como "Trastorno Hipoactivo de Déficit de Conciencia", escribe Voytek, "se caracteriza por la pérdida del comportamiento racional, voluntario y consciente y su sustitución por agresiones compulsivas, atención conducida por estímulos y la incapacidad de coordinación motora y lingüística".
            En palabras más sencillas: los zombis tienen el cerebro hecho papilla y para demostrarlo, Voytek y su colega han reconstruido el hipotético escáner cerebral de un zombi en comparación con el humano. Las áreas el color naranja son las zonas destruidas en el cerebro de un "muerto viviente":
            Este nivel de daños cerebrales, aseguran los científicos, conduce a un patrón de violencia y apatía social y los pacientes tendrían "pocas posibilidades de rehabilitación", en tono de broma. De hecho, añade Voytek, la única recomendación posible sería la inmediata puesta en cuarentena del individuo afectado, aunque se atreven a dar algunas instrucciones básicas para defenderse de un ataque, en función de las características que los zombis presentan de forma habitual:

            1. Daños en el cerebelo: ataxia. Dicho daño en el cerebelo explicaría el movimiento lento y descoordinado característico de los zombis, por lo que la primera opción es correr o subirse a un lugar elevado. En cualquier caso, advierten, hay que tener cuidado con una segunda clase de zombis, los zombis "rápidos", que no tienen este problema y suelen ser mucho más peligrosos.
             2. Daños en el lóbulo temporal: mala memoria
Otra de las características de los zombis es que enseguida olvidan lo que estaban haciendo. El daño en el lóbulo temporal provoca un problema con la creación de recuerdos, de modo que permanecer un rato escondido es una buena estrategia, hasta que el zombi se distraiga con otra cosa.

            3. Daños en la corteza parietal: no sienten dolor.Si no puedes matar a un zombi arrancándole la cabeza es mejor que no luches con él, porque ellos no sienten dolor y tú sí. Esta característica se explicaría por ciertos daños en la corteza parietal.


            4. Síndrome de Bálint.
Parte de estos daños en la corteza parietal explicaría que los zombis sean víctimas del síndrome de Bálint, es decir, una enfermedad que provoca dificultad de mover los ojos y calcular distancias, de modo que no resulta difícil escapar de su mirada y distraerlos.

            5. Síndrome de Capgras
"Curiosamente", apunta Voytek, "los zombis también parecen sufrir alguna forma del síndrome de Capgras", es decir, no reconocen a los familiares ni a las personas que apreciaron en vida. Por eso, si no puedes huir, imitar sus movimientos puede ser una buena estrategia para que te consideren uno de ellos.

            6. Daños en la corteza prefrontal: imposible comunicarse.Finalmente, los daños en la corteza prefrontal harían imposible cualquier intento de comunicarse con un zombi o tratar de hacerle entrar en razón. Es decir, a pesar de que puede ser uno de tus seres queridos, no hay razonamiento con ellos. Su corteza prefrontal, así como la producción del lenguaje y las áreas de comprensión, están tan dañados que no hay ninguna posibilidad de comunicación. "¡No seas víctima de tu propia ignorancia del cerebro!", bromean los autores.


Por supuesto, estos aspectos no pretenden hacer burla de las personas con daños cerebrales, ni decir que estas personas con daño cerebral sean zombis, son solo un intento de enseñar algo de ciencia de forma divertida. Si alguien aprende algo sobre el cerebro en el camino, tal como señala Voytek, se habrá alcanzado el objetivo. 

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